Entramos en el nuevo año cargados de ilusiones, nuevos retos en mente, propósitos por cumplir... y sin embargo, para un pequeño grupo de personas todavía falta un mes para entrar en su nuevo año.
Este pequeño grupo (Y digo pequeño, porque aunque para ellos sea enorme y casi no conciban gente distinta a ellos... realmente luego se darán cuenta que efectivamente, tan sólo eran eso, un pequeñín grupo de personas) ultima los detalles para su gran día: El día del MIR.
Después de un año intenso de estudio, de clases de academia, de interminables simulacros...¡llegan las peores navidades del mundo! El "No puedo, tengo que estudiar" se repite más que cualquier villancico, y las ganas de hacer otras cosas que no sea estar frente a los cuadernillos son más fuertes que nunca (inexplicablemente, una tarde de plancha se convierte en el mejor de los planes, y envidias a tus padres cuando se disponen a hacer limpieza general).
Cuando parece que la cosa no puede ir a peor... sacas un simulacro de los facilongos, de los que os pusieron como toma de contacto al inicio del verano y.., efectivamente, en la primera pregunta de imágenes en la que tienes un ECG (Electrocardiograma), te aparecen mil dudas. Recuerdas que en su día, tras haber estudiado el IAM (Infarto Agudo de Miocardio), la pregunta del ECG tenía una respuesta fácil; pero... ahora que ya sabes más sobre las elevaciones del ST y que no todas son IAM... ¡¡¡no sabrías cuál contestar!!!
Decides entonces mejor sólo repasar, y dejar los simulacros sólo para los sábados. Entonces. eliges un tema que llevas flojillo y te surge una duda relacionada con otro de los temas que supuestamente llevabas bien... así que no puedes dejarlo pasar; tienes que consultarlo. Y es ahí, justo en ese momento cuando los cuadernillos dejan de llevar un orden: vas abriendo varios a la vez, van surgiendo nuevas preguntas y las hojas de esquemas se empiezan a entremezclar.
Paras. Tienes que respirar hondo y relajarte. Te acuerdas de las reglas nemotécnicas y buscas desesperadamente el post-it donde las apuntaste, confiando en que con un repaso rápido todas las ideas volverán a tí. Pero... ¿qué ha pasado? ¡¡¡¡El post-it se ha reproducido y ahora hay un archivador llenísimo de reglas nemotécnicas más pesado que el Harrison !!!!
Finalmente (¡y menos mal!) Todo llega y todo pasa. El MIR es un examen más, como cualquier simulacro de los que habéis ido haciendo. Los nervios del último mes son inevitables, pero habéis realizado una carrera de fondo (de gran fondo) no sólo el año previo, sino también durante toda la carrera, y esos conocimientos no caen en balde. Todos para especializarnos tenemos que pasarlo, y aunque os parezca la peor tortura... es tan sólo una etapa más (ni siquiera la más importante) que luego la recuerdas con humor (¡fijaos en mí, que he sido capaz hasta de escribir esta entrada!).
Qúe recuerdos!! todo eran nervios y ahora ... lo ves, lo recuerdas y parece una tontería
ResponderEliminarSí, y en cambio creíamos que era el epicentro del mundo!!
EliminarMucho ánimo también a todos aquellos que os presentáis al EIR, BIR, FIR,PIR... ya que pasaréis por situaciones de agobio, estrés y sensación de falta de vida social tan similares como los que describo en la entrada!!! Suerte para todos!
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