“Noches blancas de hospital, dejad el llanto esta noche, el niño está por llegar”; así dice una estrofa de un villancico que de niña, en Noche Buena, tocaba con la guitarra.
Esta Noche Buena, pese a no ser blanca salvo por los hielos de la madrugada, para mí ha sido de hospital: me ha tocado hacer guardia.
Es extraño el día 24 de Diciembre en la urgencia; los adornos navideños invaden las paredes de los boxes, hay dulces repartidos por los controles de enfermería y en cada cambio de turno nos felicitamos las fiestas con los que entran y con los que se van. Los que trabajamos las 24h, aprovechamos el ratín en el que la urgencia está más calmada para reunirnos en la sala del fondo y cenar todos juntos, adjuntos y residentes, a diferencia de los días normales en los que apresuradamente bajamos por turnos a la cafetería para cenar.
Y es curioso; también los motivos de consulta durante este día son diferentes:
- Por la mañana prevalecieron los cuadros neurológicos, sobre todo en los abuelitos. Las enfermeras con cierta experiencia nos comentaban que solía repetirse año tras año, debiéndose muchas veces a los cambios emocionales que sufren llegadas estas fechas (unos salen de sus casas para ir a casa de sus familiares, otros reciben en sus casas a mucha gente y han de hacer un sobreesfuerzo para cocinar), lo que provoca alteraciones en su tensión arterial que repercuten en la vascularización cerebral, apareciendo las lesiones.
- Por la tarde, los cortes con cuchillo y las caídas en la cocina mientras preparaban la cena tuvieron su momento de gloria.
- Y una vez iniciada la madrugada, casi todas las consultas se relacionaron con las intoxicaciones etílicas, las caídas en los bares, las indigestiones tras las cenas abusivas y las reacciones alérgicas al marisco.
No obstante, aunque menos que en días corrientes, no faltaron las consulta no-urgente... quizás más de uno había encontrado en la urgencia la excusa perfecta para faltar a cenar en casa de la suegra...
Pese a ser una No-Blanca (aunque sí larga) noche de hospital, fue toda una experiencia... una Noche Buena muy distinta a las demás.
Y compartiéndola con todos los que de vez en cuando leéis este blog, me despido hasta el año que viene, esperando que venga cargado de nuevas ideas para convertirlas en entradas.
Os deseo felices fiestas con un buen y divertido final de año.
¡¡Nos leemos a la vuelta!!
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