Tras una intensa jornada de 17 ó 24 horas de trabajar a destajo, sin parar apenas para nada... llega el momento más esperado: el Pase de Guardia.
Es justo en ese momento cuando das por finalizada la Guardia, y ya sólo piensas en desayunar. Te acomodas alrededor de la mesa de la salita del fondo; a veces sobre una silla, a veces sobre la pared... pero ¡¡ te da igual!! Porque ya sabes que en breves serás libre para desconectar de la medicina.
Durante el pase, si logras vencer a ese sueño maldito que se aferra de los párpados y los hace caer lentamente... se cuentan los pacientes que están en urgencias para que mentes más despejadas (de los que entonces entran) continúen con su atención.
Al terminar el Pase, sólo hay un último obstáculo que aún te distancia del merecido desayuno... un increíble TOC (trastorno obsesivo compulsivo) que crece a medida que vas aumentando de "R" y te hace volver a revisar las últimas peticiones o tratamientos que, aunque sabes que están pedidas y prescritos, sientes imperiosamente la necesidad de comprobar.
¡Por fin llegas a la cafetería! A veces sientes la necesidad de un buen café que te logre dar energía hasta que pilles la cama, otras intentas ser sano tomándote una deliciosa tostada con tomate y excepcionalmente (o no tan excepcional) sucumbes a las señales de tu cerebro (glucosa!glucosa!glucosa!) cayendo en la tentación de zamparte una gran palmera de chocolate. Sea como sea, ese es tu momento y lo disfrutas.
Pronto te pones en marcha; estás Saliente y sientes que... ¡hay muchas cosas por hacer!
- La primera... hay que evitar aquél Sd. del moco (no recuerdo dónde lo oí) que puede desarrollar el residente al terminar la guardia: se va quedando pegado allá donde le surja (hablando con un compañero que tan sólo le ha saludado por el pasillo, en los vestuarios metiendo y sacando cosas en la taquilla como si no hubiera un mañana, en la lavandería pensando la talla de su pijama (que cambia casi a diario)...).
- La segunda, mantenerte despierto hasta tu destino (queda fatal cabecear mientras conversas con tu compañero de vuelta en el tren, o pasarte la parada del metro por haberte quedado dormido).
- Y las siguientes... cualquier locura/tonteria que en esos momentos tan vulnerables, en los que a pesar de todo te crees capaz y merecedor de todo por haber sobrevivido a la terrible guardia, se nos pase por la cabeza.
Helena y yo, salientes de guardia |
Como imagino que habrá anécdotas de todo tipo, aquellos que hayan sucumbido a los efectos del saliente de guardia ¡os invito a compartirlas!
Yo tengo prohibido irme de compras. De r1 me fui directamente del hospital al corte ingles y llegue a mi casa con un vestido de 400 euros. Me eche la siesta y despues fui a devolverlo.... Ese momento de "porque yo me lo merezco" es muy traicionero...
ResponderEliminarjajaja, ¡si! La compra compulsiva es muy típico...yo he de reconocer que al volver de alguna guardia, en la zapatería de camino a mi casa...el "porque yo me lo merezco" también ha tenido sus consecuencias...
ResponderEliminarNo es comparable pero el volver con la pizza mas grande después de un dia de simulacro... Tb es porque yo me lo merezco
ResponderEliminarPor supuesto que es comparable...los simulacros ya nos van entrenando para las guardias, jeje, así que ¡¡olé por tu Pizza!!
ResponderEliminarLas palmeras de chocolate de la cafe... soy adicto xD
ResponderEliminarjejeje ¡¡hay que ver lo buenas que están!!
EliminarAlarmista!!
ResponderEliminarXD jajaja
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