domingo, 13 de septiembre de 2015

EXPECTATIVA Y REALIDAD

Médicos... ¿Quién no ha tenido la sensación de que el paciente que tenéis delante no se va convencido con vuestra explicación?

Pacientes... ¿Quién no ha tenido la sensación de que el médico que tenéis delante no os convence con su explicación?

Esa sensación la hemos sentido todos alguna vez, bien sea desarrollando un rol u otro y además aumenta proporcionalmente conforme a la banalidad de la enfermedad. Sin ir más lejos, en mi última guardia de rural, se sentaron frente a mí pacientes con síntomas muy leves (del tipo una tosecilla seca de 3 días de evolución, un dolor de cabeza suave para el que no ha tomado nada de medicación, una picadura de mosquito que (obviamente) pica...) y cuando les dí una solución sencilla (pues no estábamos ante síndromes complejos de la medicina), se quedaron decepcionados, como si lo que esperaban oir fuese otra cosa.

Y es que nos encontramos en la sociedad del bienestar donde ya no se acepta a la enfermedad, indistintamente de su gravedad (a veces creo que estamos perdiendo el sentido común cuando se trata de salud y ya no sabemos interpretar ni las señales que nos envía el cuerpo), y nos encontramos pacientes en urgencias por patologías banales, pero que les generan intensa preocupación y ansiedad. Cuando, después de interrogarles y explorarles, se les tranquiliza y explica que no es grave y que no precisan de un tratamiento específico... se hace el silencio.

Suelen mirarte extrañados, confusos... se les ve intranquilos. Yo a veces les devuelvo la mirada y con una sonrisa añado: ¿Hay algo más que quiera contarme?. En ese momento dicen que no, con la boca pequeña. Sin embargo, no abandonan la consulta sin antes pedir un antibiótico o alguna medicación fuerte (recordándote que existen, no sea que se te hayan olvidado).

Cuando por fin parece que han decidido finalizar la visita, hacen una última parada en la puerta. Esta vez no se dirigen a tí, sino al acompañante con quien indiscretamente murmuran "Pues para lo que me ha hecho, no se por qué he venido".

Llegados a este punto, a mí me surge una duda... ¿Con qué expectativas habrán venido para irse tan decepcionados?. Una sonrisilla pícara acto seguido se me dibuja en la cara. Se me vienen a la cabeza unas imágenes que circulan por Internet sobre expectativas vs realidad...



expectativas frente a realidadexpectativa frente a realidad

expectativa frente a realidad


Si lo aplicáramos al mundo de las urgencias, podría caricaturizarse así:


expectativa frente a realidad
           Acudir al servicio de Urgencias








4 comentarios:

  1. Creo que por una parte es falta de relativización y por otra es que al estar inmersos en un mundo con un sector servicios tan desarrollado, la gente no consigue diferenciar. Va al médico como quien va a la compra. Va al médico a que le pongan un antibiótico, no a que le diga como parar la tos (Si ironizamos, sería algo así como: "Doctor, no vengo a que me quite la tos, vengo a que me de un antibiótico." Hasta ese punto no me lo han dicho, pero parece que es lo que piensan.

    PS: Me gusta más la fuente del principio y el final de la entrada, es más fácil de leer y más chula =)

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    1. La expectativa era que saliese todo en la misma fuente y la realidad ha sido otra... Jajaja ¡¡muchas gracias!! Ya creo que la he homogeneizado :) aunque no estoy segura porque según desde donde se lea, se ve distinto...

      Y es cierto lo q dices del antibiótico. Yo tengo la sensación a veces de estar tras el mostrador de una tienda, donde los clientes entran y dicen "Hágame una radiografía, deme un volante para el especialista, póngame un Paracetamol", pero sin saber realmente los riesgos/beneficios ni si es lo indicado para lograr un objetivo concreto...

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  2. Como se suele decir todos llevamos un entrenador de fútbol dentro y nos creemos que ya sabemos de antemano la solución a nuestros problemas, bien sea hablando del médico, del carnicero, el ferretero o de cualquier ámbito de la vida.

    Has elegido una profesión muy noble pero a veces ingrata y desagradecida. Eso sí, contamos contigo y tus colegas para que sigáis aguantando nuestras miradas de desaprobación, nuestras dudas al respecto de los diagnósticos y nuestro mal humor, que para eso estaís ahí ¿o no?, ja ja.

    Sigue con lo tuyo que lo haces de maravilla. Por cierto, si me lo permites me gustaría sugerirte un tema para una futura entrada de este blog. El aseo personal: ¿cuando decidimos que dejó de ser importante? y ¿como sufren los que nos rodean la falta de higiene?.

    Un saludo

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    1. Tienes toda la razón; hay muchas cosas sobre las que leemos en internet y sin saber si la fuente es fiable, nos encanta opinar nada más que se presenta la ocasión; pues cuanto ni menos si se trata de nuestra propia salud!!
      Es verdad que en esta profesión nos encontramos en un constante torbellino de emociones, agradables y desagradables; pero entendemos que tratamos a personas en momentos delicados y al final nos reconforta saber que en algo les hemos ayudado (aunque a veces sea la simple escucha de sus motivos de enfado ;D).
      ¡¡Muchas gracias por tu propuesta de entrada!! Me parece una idea muy simpática. Intentaré prepararmela, a ver cómo resulta...
      Un saludo ;)

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