lunes, 31 de marzo de 2014

ANECDOTARIO

Médico representando anécdotas de la urgencia


Dedico y agradezco esta entrada a los pacientes que en alguna ocasión han pasado por mis manos, ofreciéndome bastantes momentos anecdóticos que desde este Blog quiero compartir.

Esos momentos comienzan desde el primer contacto con el enfermo, desde la anamnesis, ya que a veces, obtener una respuesta clara sobre los antecedentes de un paciente es un proceso realmente laborioso…
                                                      
1. M-¿qué medicación toma para el azúcar y cómo la toma?
2. P-Tomo una pastilla pequeñita blanca, pero sólo los días que hace sol, que son cuando siento que me sube el azúcar.


1. M-¿Toma alguna medicación de forma habitual?
2. P-Sí, tomo el Citroën (Que es el Sintrom en la jerga de los pacientes) para la sangre.


1. M-¿Bebe alcohol? ¿Cuánto?
2. P- Pues lo normal, 5 cervecillas al día y 3-4 cubatas. Los fines de semana igual me excedo y bebo un poco más…


1. M- Esta enfermedad que usted padece es hereditaria. ¿Tienen sus hijos los estudios realizados?
2. P- Pues la verdad que no han estudiado todo lo que a mí me hubiese gustado…pero por lo menos están todos colocados.

Prosigue la entrevista, vas profundizando en la enfermedad que le ha llevado a consultar

1. P- Mi madre se puso mala ayer; Yo soy hombre soltero y ella tiene por costumbre espiar mis conversaciones mientras hablo por teléfono; ayer me escuchó hablando con una amiguita… a raíz de ahí comenzaron sus síntomas.


1. P-En los últimos días he notado que voy piorando…


1. P-¿Que cómo son mis cacas? Pues…para que usted lo entienda mejor, doctora, mi marido me las ha envuelto en papel albal y aquí las traigo en el bolso…


Continuamos con la exploración, donde a veces corre peligro nuestra integridad física…

1. M-Señora, a continuación voy a realizarle un tacto rectal…
2. P- Prrrrrrrrrrrfff….ay, lo siento hija, se me ha escapado.


Llegado el momento de la realización de pruebas, el tiempo de espera se vuelve largo para el paciente, y a veces resulta tedioso… por eso nuestros pacientes han desarrollado diferentes técnicas de entretenimiento; muchos se entretienen con pasatiempos, bastantes realizan llamadas a familiares, otros, ante el elevado estado de estrés, prefieren enzarzarse en auténticas peleas que acaban en la urgencia de traumatología… e incluso a alguno aprovecha para pedirse una hamburguesa en el burguer más cercano, aunque el motivo que le haya llevado a consultar fuese un dolor abdominal.

Y por fin llega la despedida. Esa extraña situación donde aparecen sentimientos de felicidad por abandonar el centro médico mezclados con alivio por no salir peor de lo que entraron… y claro, en medio de ese escenario, surgen comentarios variopintos ¡¡de lo más inesperados!!

He aquí el caso de una abuelita simpaticona que en una ocasión se me despidió a voz en grito, haciéndome sentir como artista sobre escenario con un potente “¡¡¡¡Guapaaaaa!!!!”

En otra ocasión, fue una señora la que me sacó los colores, intentando averiguar mi estado sentimental a la vez que me hablaba de su hijo…

Y cómo no iba a faltar aquél hombre que, viéndome jovencita, proclamaba a los cuatro vientos como si pudiese ser verdad…”Parece mentira que nos haya atendido alguien que no llegará a los 20 años de edad”.




-¡¡Hortensia, no estoy muerto!! -Ya estamos, vas a saber tu más que el médico

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