Eres oído si alguien habla y sonrisa si le cuesta callar.
Eres voz cuando enmudecen y silencio cuando ensordecen.
Eres ojos para ver aspecto y mirada para desnudar almas.
Eres bastón para los mayores y peldaño en la camilla para los pequeños.
Eres estudio y trabajo en forma de turno o guardia; empatía y respeto en cada caricia o mirada.
Eres rayo de sol en las tinieblas, nunca secuaz del de la guadaña.
Eres medicamento prescrito sobre una receta con forma de consulta.
Y... eres personaje de un libro sin autor llamado Sanidad, que a pesar de sus editores y sus críticos lectores, persiste en su papel de forma heroica y singular.
Dedicado a todos los profesionales sanitarios que día a día sacan lo mejor de sí mismos para cuidar a sus pacientes, y lamentablemente, no siempre se les agradece como merecen. |
Seguramente cada agradecimiento, cada estrechamiento de mano o sonrisa que recibas, anulará con creces y te hará olvidar los muchos gestos de desaprobación, malas caras o reproches que hayas recibido o recibas en esta maravillosa vida/carrera que elegiste como forma de vida (y fíjate que no de digo de ganarte la vida).
ResponderEliminarToda la razón; por mucho que nos quejemos, con tan solo un "gracias" sincero (dicho de palabra o con gestos), resurgimos de nuestras cenizas ;)
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