lunes, 30 de octubre de 2017

ALCOHOL ¿Malo o Bueno?

Chicas bebiendo alcohol
Un chin chin por los novios, un botellón en un parque, un cumpleaños con ronda de chupitos, una navidad con champán, una tarde de cervezas, una cena con vino, una verbena bebiendo calimocho, un sábado noche a copazos... son sólo varias escenas cotidianas en las que reina el alcohol. Y nos parece normal. Lo vemos con absoluta normalidad. Es más, si en algunas de esas escenas faltara el alcohol... nos extrañaría. Nos extrañaría porque desde tiempos inmemorables está instalado en nuestras vidas y forma parte de nuestra cultura.


Pero aunque forme parte de nuestra cultura, el patrón de su consumo está cambiando, pasando de un patrón tradicional con predominio del consumo de vino en las comidas, a uno concentrado en fines de semana con predominio de cerveza y licores, colocándose a la cabeza del consumo de las sustancias de abuso en España, percibiéndose además un mayor consumo en jóvenes universitarios.

Junto con el tabaco y la hipertensión arterial, forman los principales factores de riesgo de muerte prematura y discapacidad en el mundo (todos ellos modificables) y entre sus efectos lesivos encontramos el riesgo de padecer enfermedades digestivas (hepatitis, cirrosis, pancreatitis) enfermedades endocrinas (diabetes, obesidad), oncológicas (cavidad oral, laringe, faringe, esófago, páncreas, hígado y mama) , cardiovasculares (infartos cerebrales y de miocardio, arritmias, enfermedades estructurales del corazón), neuropsiquiátricas, alteraciones fetales y prematuridad, lesiones en carretera, suicidios y agresiones en general.

Curva en J del alcohol


Curiosamente, como contrapunto a todo lo anterior, hay una evidencia que demuestra que cantidades moderadas de alcohol (patrón típico de consumo en la dieta mediterránea, un par de dedos de vino con las comidas) pueden ayudar a prevenir el riesgo cardiovascular. Sin embargo, a medida que aumenta el consumo de alcohol, esta mejora va desapareciendo y se va transformando en un aumento de riesgo de producir enfermedad coronaria; es lo que se le ha denominado patrón en J del alcohol.



Pero... ¿Por qué ha cambiado el patrón de consumo y se ha llegado a producir un consumo abusivo o excesivo de alcohol sobre todo entre los jóvenes?

Existen varios factores, entre los que destacan la fuerza publicitaria, la presión de grupo, la actual búsqueda de gratificaciones inmediatas y los falsos mitos que permanecen en nuestra cultura (como por ejemplo su efecto analgésico para los dolores de muelas) que han ayudado en este proceso de cambio en el consumo.

Como ayuda para los profesionales en la detección de un consumo patológico del alcohol, tenemos un cuestionario, el cuestionario CAGE, que sólo con 1 respuesta afirmativas de las 4 preguntas que lo componen, nos indica que existen problemas en el consumo. Lo traigo al blog para que todo el que lea esta entrada sea consciente de la frágil línea que separa un consumo moderado de uno perjudicial.

Cuestionario CAGE del alcohol


Esta frágil línea entre el consumo moderado de alcohol con sus efectos beneficiosos y el consumo abusivo con sus efectos nocivos, sin poderse precisar cuál es el límite exacto, es la que ha motivado a la OMS a hacer una recomendación respecto a su consumo: "Alcohol, cuanto menos, mejor". 

2 comentarios:

  1. No es fácil encontrar a quien lo considera un problema, está tan generalizado y socialmente aceptado que el consumo de riesgo para fácilmente desapercibido. Claro y conciso, me ha gustado :)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario!! La línea entre un consumo nocivo y uno que no es tan fina, que merecía la pena traerla para reflexionar.
      Un saludo!!

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