El tema de las medicinas alternativas está muy en boga. Hay un debate intenso entre sus
defensores y sus detractores. Y en medio de todo aquello siempre encuentro el
reclamo a la "libertad de elección".
By YO DOCTOR |
Las pseudociencias y pseudoterapias no forman parte de la ciencia. Se ofrecen como
actos médicos sin haber demostrado su efectividad científicamente (es decir,
sin utilizar un método fiable de estudio denominado método científico). Se
utilizan, sin embargo, bien por tradición, desconocimiento acerca de qué es el
efecto placebo, superstición o, en muchos casos, con ánimo de lucro.
Si su elección sólo afectara al
individuo que decide decantarse por ella, probablemente sólo necesitaríamos
campañas de concienciación, para que la población tuviera toda la información
posible para lograr una elección con conocimiento. Por poner un ejemplo, es lo
que sucede con “la exposición prolongada al sol sin protección”. La gente tiene
una información, sobre todo de cara al verano: "si te expones al sol sin
protección puedes sufrir quemaduras e incluso lesiones cancerígenas a largo
plazo”. Después, cada uno decide si se expone o no, si se protege o no,
sabiendo sus posibles consecuencias.
Pero, como pasa en muchos otros
ámbitos de la vida, hay elecciones que no sólo afectan a uno mismo, sino que repercuten
en la sociedad, y por tanto se necesitan medidas activas, más allá de la concienciación (que también es muy importante), como modificaciones normativas, su eliminación de los centros sanitarios, etc.
Hay una frase de Jean Paul Sartre
"mi libertad termina donde empieza la de los demás", que bien la
podemos aplicar a la libertad de elección y, por ende, a la elección de las pseudociencias y pseudoterapias.
Si a mí me dicen que si me pongo
una manzana en la cabeza mientras bailo el Hula, se me va el dolor de cabeza,
tengo la libertad de elegir hacerlo, porque no estoy dañando la libertad de
nadie. Lo que probablemente sucederá es que no se me quite y finalmente, tenga
que tomarme después un analgésico; pero no habrá mayores consecuencias.
Pero...
-Si
yo decido no ponerme una vacuna, decido no darle a mi hijo un antibiótico para
una neumonía bacteriana según me prescribe el médico o decido llevar a mi padre
a un curandero con una sepsis meningocócica en vez de acudir a un hospital,
entonces sí estoy saltándome a la torera la libertad de todos los que deciden
tener protegida su salud.
-Y
si yo promociono alternativas carentes de evidencia científica e incluso
nocivas para la salud de la población, que llegan a poner en riesgo vidas
ajenas, también estoy transgrediendo la libertad de los demás.
Recordad un principio básico en
la medicina: "Primum non nocere" (Lo primero es no hacer daño). Pues
eso.
Campaña del Ministerio de Sanidad frente a las Pseudociencias.
#CoNprueba
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