jueves, 19 de abril de 2018

RECONOCIMIENTO EIR: enfermería especializada

Una camiseta blanca caminaba por el Paseo del Prado. Aunque lo hacía con paso decidido, los miles de pensamientos que se agolpaban entre sus fibras a medida que se acercaba su destino, le ponían en tensión. Quería gritar a los cuatro vientos, para que todos cuantos se cruzasen supieran su mensaje; pero sólo tenía un hilo de voz.

Al llegar a su destino, reunió todas sus fuerzas y entonces sí que gritó. Y su grito sonó tan imponente que hasta se ruborizó. 

Tímida miró a su alrededor y encontró entonces la respuesta a tanto chorro de voz. No estaba sola; allí a su alrededor, cientos de camisetas blancas se habían sumado a su mensaje: #ReconocimientoEIR, ¡Enfermería especializada!

Reconocimiento EIR


En esta semana, miles de aspirantes a la formación sanitaria especializada, los futuros MIR, EIR, PIR, QIR, FIR, RFIR, BIR y FIR, se dan cita, como cada año, en el Ministerio de Sanidad para elegir su merecida plaza como especialista en formación.

Desde aquí quiero dar mi más sincera  ENHORABUENA a todos, porque viví esa misma experiencia en primera persona -hace ya unos añitos- y se lo que cuesta llegar hasta las butacas azules del ministerio para elegir la especialidad soñada.

Y por supuesto, como médica y como paciente, me uno a esa marea de camisetas blancas que, incansables, gritan estos días que se haga reconocimiento del EIR. Porque para poder tener unos cuidados de calidad, es imprescindible contar con una Enfermería Especializada.


domingo, 8 de abril de 2018

¡Ay Doctora! Que tengo tensión... ¡TENSIÓN ARTERIAL!

-¡¡Ay Doctora!!!
-¿Qué ocurre Fulanita?
-¡¡Que tengo tensión!!

¡¡Cuán frecuente es esta escena en consulta!! Es por ello que hoy he creído pertinente hacer esta entrada para hablar de la dichosa tensión. La alta, la baja, la normal y la anormal. Y para comenzar diré que todos tenemos tensión, porque de lo contrario ¡¡estaríamos muertos!!

¿Y por qué tenemos todos tensión arterial?


Nuestra sangre viaja dentro de las arterias, impulsada por una bomba -el corazón- que realiza dos movimientos, la sístole (cuando el corazón bombea la sangre) y la diástole (cuando el corazón se relaja). Cuando hablamos de la presión o tensión que lleva la sangre dentro de las arterias, nos referimos tanto a la presión en sístole como a la presión en diástole y es por eso que siempre damos dos valores: el valor alto, que sería lo que comúnmente llamamos "la tensión alta", que corresponde a la presión en sístole y el valor bajo, al que llamamos "la tensión baja", que corresponde la presión en diástole. 

Cables de alta tensiónSiempre recomendamos que los valores de la tensión arterial sean por debajo de 140/90mmHg (o como le dicen muchos, para abreviar, 14/9), es decir, que "la alta" esté por debajo de 140 mmHg y "la baja" por debajo de 90mmHg, aunque lo óptimo sería que estuviesen por debajo de 120/80mmHg.


Por debajo, no hay límite: "una tensión arterial baja es garantía de salud". Quizás, si la tenemos muy baja, nos podríamos marear; pero salvo eso, no habría otro inconveniente. Sin embargo, por encima de esas cifras de forma mantenida (es decir, tomada en al menos 3 momentos distintos, estando la persona relajada) ya podríamos considerar que la persona sufre de Hipertensión arterial, implicando, a la larga, más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (como infartos, ictus, etc). Es por ello por lo que se hace tanto hincapié en que hay que mantenerla baja.


¿Cómo podemos medir nuestra tensión arterial? 

  • Automedición: con un dispositivo adecuado, siempre de brazo (los de muñeca suelen dar valores alterados), con una calibración anual y un buen método explicado por el personal de enfermería. 
  • En consulta, mediante el método auscultatorio, con un esfigmomanómetro.
  • Otros métodos como el MAPA (medición ambulatoria de la presión arterial) o, ya más invasivo,  el registro de la TA con catéter. 

Algo muy importante a tener en cuenta, y que siempre explicamos a nuestros pacientes, es que nuestra tensión no es constante, sino que habitualmente se mueve entre unos valores y además puede verse aumentada o disminuida puntualmente por múltiples causas: Una discusión, realizar un esfuerzo, un disgusto o sentir dolor, pueden ser ejemplos de causas que aumenten la tensión; mientras que dormir o estar tranquilamente sentado, pueden ser ejemplo de causas que  bajen la tensión. Por todo ello, si nos tomamos la tensión varias veces seguidas, veremos que nunca nos van a salir las mismas cifras tensionales exactamente.

Sin embargo, sí debemos tener cuidado si las cifras tensionales van en aumento de una forma progresiva, sin verse influidas por ninguna causa puntual y pasajera como las mencionadas anteriormente, por el riesgo que supone de acabar padeciendo de Hipertensión Arterial.

¿Qué podemos hacer para mantener la tensión arterial dentro de los valores adecuados?


Corazón lleno de vida
Hay factores implicados en el desarrollo de la Hipertensión Arterial sobre los que no podemos actuar, como son,  por ejemplo, la edad o la genética de cada uno. Sin embargo, sí existen otros factores, que dependen de nuestro estilo de vida, donde podemos intervenir para evitar que la tensión suba:

  • Mantener un peso óptimo (IMC 20-25) 
  • Disminuir consumo de grasas saturadas 
  • Limitar consumo de alcohol 
  • No fumar 
  • Disminuir consumo de sal 
  • Practicar ejercicio aeróbico diario al menos durante 30 minutos 
  • Dieta (Frutas, verduras y lácteos desnatados)

¿Con qué frecuencia hay que tomarse la tensión arterial? 


El Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) recomienda que se tome la tensión arterial: 

  • Al menos una vez hasta los 14 años de edad. 
  • Cada 4-5 años desde los 14 años a los 40. 
  • Cada dos años a partir de los 40. 




BIBLIOGRAFÍA:
https://es.familydoctor.org/
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