domingo, 18 de septiembre de 2016

Dra. vengo a pedir LA BAJA

Dra. ayer no fui a trabajar, vengo a pedir la baja.
Dra. me acabo de enterar que estoy embarazada, vengo a pedir la baja.
Dra. esta noche he dormido mal y no he ido a trabajar, vengo a pedir la baja.
Dra. me quiero hacer un injerto de pelo por la privada, luego vendré a pedir la baja.
Dra. en mi trabajo no me dan vacaciones, vengo a pedir la baja.

Y así un largo etcétera de situaciones insólitas que se plantean todos los días en consulta y que, después de creer que se trata de una cámara oculta, siempre acaban en la misma respuesta: No.

No, en primer lugar porque la baja laboral es una prestación que no la pide el paciente, sino que es el médico el que evalúa su necesidad y el responsable de hacer un uso adecuado de la misma.
No, en segundo lugar porque no se trata de un premio, un permiso para ausentarse injustificadamente del trabajo ni unas vacaciones extra pagadas; se trata de una protección que otorga la Seguridad Social para aquellas situaciones clínicas que impiden realizar la actividad laboral habitual, mientras recibe asistencia sanitaria para intentar recuperarse.

Un médico no tiene obligación de justificar una ausencia al trabajo, un día determinado, de un paciente que no ha sido atendido por ningún profesional sanitario ese día, por muy enfermo que refiera haya estado. Tampoco tiene obligación de dar una baja laboral, aunque el paciente no haya acudido a trabajar, si no encuentra motivo que justifique la ausencia de su puesto. Ni siquiera el hecho en sí de estar embarazada justifica una baja laboral, ya que estar embarazada no es una enfermedad sino un estado fisiológico de la mujer, salvo que su puesto de trabajo condicione un riesgo (y así lo contemple su empresa) o sufra una enfermedad que ponga en riesgo la salud materno-fetal. Tampoco están contempladas las bajas laborales por cirugía estética, pudiendo ser valorable por el médico la necesidad de dicha intervención.

Por lo general, los médicos no somos ogros y solemos tener bastante sentido común, por lo que cuando una baja laboral está indicada, la damos. ¡Pero cuidado!, que tampoco somos tontos. Así que si uno se encuentra tan mal como para no ir a trabajar, dos consejos:
  1. Acudir a su médico para ser evaluado y resolver sus dudas.
  2. Asumir las consecuencias de nuestros actos. Si alguien considera, sin consejo médico, que no debe ir a trabajar, que asuma que quizás le descontarán el día si el médico finalmente no justifica esa ausencia laboral.
Y por favor, seamos todos conscientes de que la baja laboral es una prestación que pagamos entre todos, que bien utilizada protege nuestra salud manteniendo nuestro trabajo, pero su mal uso contribuye al malgasto de tiempo y dinero, así como al posible empeoramiento de sus condiciones futuras.



papel. máquina de escribir y libreta



BIBLIOGRAFÍA: 
Más de 150 respuestas sobre incapacidad temporal. Grupo Lex Artis de la SoMaMFyC










domingo, 4 de septiembre de 2016

CUIDADOS BÁSICOS PARA LA PIEL


Durante la consulta, no todo son preguntas sobre enfermedades o molestias. Algunas veces también son inquietudes sobre nuestro propio cuidado para intentar prevenirlas y entre las más frecuentes, suelen encontrarse los cuidados de la piel.

La piel no sólo nos recubre y protege de las agresiones externas (temperatura, radiación, sustancias químicas, gérmenes patógenos, presión...), sino que es un órgano fundamental para otras muchas tareas como la regulación de la temperatura, el control de sensibilidad, la regeneración tras las agresiones, la producción hormonal y como fuente alimentaria; sin olvidar que además, el estado de nuestra piel afecta al modo en que la percibimos nosotros y los demás, por lo que una piel sana nos hará sentir más cómodos y confiados.

Todas estas funciones son realizadas por las distintas capas de la piel, entre las que distinguimos, a grandes rasgos:

EPIDERMIS: Capa más superficial formada por unas células llamadas queratinocitos, que nacen en el estrato más profundo y van ascendiendo, cada vez más cargadas de queratina, hacia la superficie donde finalmente se desprenderán.

DERMIS: Capa central donde se albergan vasos sanguíneos, vasos linfáticos, glándulas sebáceas, receptores sensitivos y raíces pilosas.

HIPODERMIS: Capa más interna que sirve de almohadilla, aislante y almacén de energía, puesto que es donde se encuentran fibras colágenas y células grasas (adipocitos), además de vasos sanguíneos.


Diferentes capas de la piel


Como vemos, nuestra piel es compleja y tiene una gran importancia en nuestra salud, por lo que son entendibles las inquietudes sobre su cuidado. Es por ello que me he puesto en contacto con mi gran amiga Isabel , una excelente profesional dedicada al mundo de la estética y el maquillaje (recomiendo veáis su página Web ISABEL CERES), a la cual admiro, entre otras cosas, por su dedicación y esmero en los cuidados de la piel, y le he confiado esta entrada para que nos aconseje:

"Para tener una piel sana es fundamental una alimentación equilibrada, beber mucha agua y utilizar protección solar siempre (aunque sea invierno). Además, debemos prestar atención a las necesidades específicas de la piel:

Hablando de productos cosméticos, nos centraremos en las necesidades de cada piel , siendo diferentes para unas personas y otras, e incluso distintas en una misma persona dependiendo del período de su vida en el que se halle o del clima (húmedo o seco )en el que se encuentre. Por ello lo mejor es observar nuestra piel en cada momento.

Todas las pieles necesitan para su cuidado dos pasos básicos: limpieza e hidratación. 


LIMPIEZA

Es fundamental eliminar las impurezas que se acumulan en la piel durante todo el día y la noche; tengamos en cuenta que vivimos en contacto con la contaminación del ambiente y nuestros poros se resienten. 

En caso de que nos maquillemos en nuestro día a día, es recomendable que cuando lo vayamos a retirar, realicemos una doble limpieza (tendencia Koreana): primero desmaquillar y después utilizar un limpiador facial. Así aseguramos una limpieza total.

Limpiadores faciales: 

Piel con tendencia grasa: se recomiendan limpiadores más astringentes, que se aclaren con agua y regulen el sebo. No obstante, tendemos a abusar de ellos cuando también contamos con productos aceitosos que si se retiran con agua, pueden llegar a eliminar la suciedad más que cualquier otro.

Piel normal o con tendencia a seca: es mejor evitar los sulfatos de los productos limpiadores, por ello elegiremos los menos jabonosos y más cremosos. 

HIDRATACIÓN

Piel grasa: 

- Buscar texturas ligeras, cremas, gel o incluso aceites (jojoba, loto y té verde, son de los mejores).
- Huir de las denominadas cremas nutritivas o las que contienen muchas siliconas porque favorecen la formación de comedones (poros de la piel obstruidos e infectados). 

Pieles normal o seca: 

- Buscar texturas densas y nutritivas. Podemos ayudarnos de productos que contengan extractos naturales o aceites esenciales (karité, rosa mosqueta, aceite de borraja...)

Si estos cuidados básicos queremos además complementarlos, podremos utilizar:


- Exfoliación para eliminar las células muertas, una vez a la semana. 
- Mascarillas que sean, dependiendo de las necesidades de la piel: purificantes, equilibrantes, nutritivas, etc.
- Añadir a nuestra rutina facial diaria productos que contengan tratamiento para conseguir un resultado determinado, por ejemplo: Vitamina C, que estimula la síntesis del colágeno; Ácido Salicílico o Urea, que produce una suave exfoliación y ayuda a eliminar las imperfecciones... Y así una gran lista de componentes que realizan una "agresión controlada" sobre nuestra piel, para que esta se active y "repare", obteniendo como resultado una piel más bonita; pero como son muchos los que podemos encontrar en el mercado cosmético, los reservaremos para otra ocasión ;)"

Mujer aplicando crema facial






,
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...